miércoles, 2 de junio de 2010

Madrid años 30: tierra de acogida (Exposición Miguel Hernández)

Comparativa de la Gran Vía años 30 y actualidad (obtenida de 2.bp.blogspot.com)

El Madrid de los años 30 era el centro no sólo político sino cultural de España, especialmente en el aspecto literario. La capital se había convertido en una ciudad cosmopolita, símbolo de la modernidad a la que se aspiraba, y su principal reflejo era la construcción de la Gran Vía, que venía levantándose desde 1910 y concebida como una avenida al estilo Broadway, con cines, teatros comercios, oficinas, bares y cafés.

Edificio Carrión de 1933, donde se sitúa ahora el famoso cartel de neón de Schweppees (obtenida de www.viejo-madrid.es)

En el ambiente cultural de ese Madrid destacaban algunos puntos fundamentales: ya desde antiguo el Ateneo había sido un centro de la cultura y del republicanismo, el Círculo de Bellas Artes centraba las novedades artísticas, también las tertulias literarias de cafés y las revistas aglutinaban las novedades de éste ámbito.

Vista de la Gran Vía y el Edificio Telefónica de 1929 (obtenida de estb.msn.com)

Pero especialmente significativa fue la Residencia de Estudiantes ligada a la Institución Libre de Enseñanza, donde estudiaron importantes figuras de la intelectualidad como cuando coincidieron Lorca, Dalí y Buñuel. Allí se celebraban tertulias, conciertos, obras teatrales..., con insignes invitados como Ortega y Gasset o Juan Ramón Jiménez y miembros de la generación del 27 Rafael Alberti , Jorge Guillén, Gerardo Diego...

F. G. Lorca (en el centro) y otros compañeros en la Residencia de Estudiantes (obtenida de www.juntadeandalucia.es)

Madrid durante este periodo era el lugar donde se podía conocer a autores consagrados, participar en tertulias literarias de primer orden, conseguir contactos necesarios para publicar y darse a conocer en el mundo de la literatura, en una palabra: triunfar

El Café Gijón (Recoletos, 21), aún perviven en Madrid los clásicos cafés donde se reunían los intelectuales (obtenida de minibar.files.wordpress.com)

Con ese objetivo viajó Miguel Hernández a Madrid a finales de 1931, pero su estancia será difícil, al no conseguir trabajo, pasando penurias y además fracasa en el objetivo de establecer encuentros culturales en la capital, por lo que regresa decepcionado a Orihuela a mediados de 1932.

Miguel Hernández en su Orihuela natal (obtenida de 4.bp.blogspot.com)

Sin embargo volverá a intentarlo de nuevo con su segundo y definitivo viaje a Madrid en 1934, ya habiendo publicado en Murcia y recibiendo nuevos apoyos. Esta vez entrará en contacto con el ambiente literario del momento, a través de Alberti, Lorca, Zambrano... pero con quien establece una relación más estrecha será con Vicente Aleixandre y en especial con Pablo Neruda compartiendo sus ideas sociales y políticas.

Homenaje a Vicente Aleixandre por la "La destrucción o el amor" de 1934: Miguel Hernández (primero a la izquierda de pie), junto a Pedro Salinas sentado, Pablo Neruda (de pie segundo por la derecha) sentados José Bergamín y Vicente Aleixandre (primero y tercero por la derecha) y en el suelo Gerardo Diego. Imagen obtenida de www.miguelhernandezvirtual.com

Gracias a sus contactos, obtiene trabajo en la obra sobre la tauromaquia Los toros de J.Mª Cossío y consigue por fin publicar en Madrid en diversas revistas literarias como Cruz y Raya que dirige José Bergamín (surgida de la tertulia del café Lion) y también colabora con su amigo Pablo Neruda en su revista Caballo Verde para la poesía.

Revistas en las que publica y colabora Miguel Hernández, junto a Pablo Neruda y José Bergamín (Obtenidas de 1.bp.blogspot.com)

Finalmente, gracias a la publicación de su primer libro El rayo que no cesa en 1936 alcanza el reconocimiento que tanto ansiaba, con el interés de Ortega en la prestigiosa Revista de Occidente y de Juan Ramón Jiménez en su crítica del diario El Sol.

1 comentario:

Vicente Camarasa dijo...

qué bonita recopilación de imágenes